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Parshat Perashat Bo EspaƱol
Compiled and Edited by Elan Perchik
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Rabino YY Jacobson
Liderando con SabidurĆa y Calidez
SucediĆ³ en Yeshivat Ohr Yisroel, dirigida por su rosh yeshiva, Rav Yaakov Naiman zt "l. Siendo un gran pedagogo que irradiaba sabidurĆa y calidez, no era raro que tantos niƱos desearan crear una relaciĆ³n personal con Ć©l. Pero la forma en que ocurrĆa no era siempre la esperada. A veces, de hecho, lo hacĆa de una manera bastante interesante, pero siempre impactante.
"Rebe", un niƱo comentĆ³ un dĆa a Rav Naiman. āSiento la necesidad de decirle, por el bien de todos nosotros en la yeshiva, que uno de nuestros compaƱeros va al cine todos los sĆ”bados por la noche. Sube ocultamente a un autobĆŗs y se dirige al teatroā. Rav Naiman se sorprendiĆ³ al escuchar esto, aunque no se asustĆ³ ni reaccionĆ³ en shock. "El prĆ³ximo sĆ”bado por la noche, cuando el chico estĆ© a punto de irse, solo dĆgame", pidiĆ³ Rav Naiman.
Efectivamente, la semana siguiente, cuando el niƱo comenzĆ³ a prepararse para su salida semanal, Rav Naiman fue notificado y comenzĆ³ a hacer lo mismo. Era una noche frĆa e invernal y el chico rĆ”pidamente se subiĆ³ al autobĆŗs y tomĆ³ un asiento. Minutos mĆ”s tarde, Rav Naiman parĆ³ un taxi, pidiendo que lo llevara al mismo cine.
Como siempre acostumbraba, Rav Naiman llevaba un abrigo de piel grueso y acolchado, que claramente indicaba que su portador era alguien de estatura prominente. La escena del rabino Naiman que entrando al teatro estaba claramente fuera de lugar, aunque tenĆa un propĆ³sito importante en mente.
Para entonces, el chico ya se habĆa acomodado cĆ³modamente en su asiento y estaba casi listo para que comenzara la pelĆcula. Pero tal comodidad pronto iba a cambiar.
De repente, el niƱo notĆ³ una cara extraƱamente familiar. Era Rav Naiman. El niƱo se quedĆ³ inmĆ³vil en su asiento, lleno de confusiĆ³n y aprensiĆ³n. Lo habĆan āatrapadoā.
El niƱo mirĆ³ a Rav Naiman y Rav Naiman lo mirĆ³. Ese instante le pareciĆ³ un milenio. "Ā”No lo entiendo!" dijo Rav Naiman. "ĀæDĆ³nde estĆ” tu abrigo? Ā”Hace mucho frĆo afuera!ā. El chico, inseguro de haber escuchado lo que en realidad creĆa haber oĆdo, hurgĆ³ entre sus palabras. "Yo ... yo ... no tomĆ© uno", respondiĆ³. Rav Naiman le dio una mirada que llevaba un mensaje. āĀ”Necesitas estar saludable, fuerte y cĆ”lido! Ā”No puedo permitir que ninguno de mis estudiantes se enferme!". El niƱo no podĆa creer lo que estaba sucediendo. Ni en sus sueƱos mĆ”s locos hubiera imaginado que pasarĆa su sĆ”bado por la noche con el Rav Naiman, en un cine.
"Parece que tienes una larga noche por delante", continuĆ³ Rav Naiman, āasĆ que te dirĆ© una cosa..." Rav Naiman se quitĆ³ el abrigo de piel y se lo dio al niƱo. "Donde sea que vayas esta noche, ponte esto. Te mantendrĆ” agradable y cĆ”lido. No te lo quites..." "Pero Rebe", dijo el chico," Āæy usted? TambiĆ©n necesita un abrigo..." "Ya estoy en camino de regreso a la yeshiva. MaƱana por la maƱana, dĆ©jalo en mi oficinaā. Rav Naiman procediĆ³ a darle un abrazo y un beso al niƱo y le deseĆ³ lo mejor. Y con eso, Rav Naiman saliĆ³.
AƱos mĆ”s tarde, mientras el niƱo ya mayor contaba esta historia, siempre enfatizaba: "De hecho, me quedĆ© para ver la pelĆcula durante las siguientes dos horas. Pero a lo largo de todo esto, solo podĆa pensar en el gran abrigo de piel que llevaba puesto. Mis ojos vieron la pelĆcula, pero mi mente no. Estaba en otra parte, repitiendo las suaves palabras de mi Rebe: āEste abrigo te mantendrĆ” agradable y cĆ”lido; no te lo quites...ā Pude haber estado sentado en un teatro rompiendo la polĆtica de la yeshiva, pero seguro que aprendĆ una de mis mayores lecciones de vida esa noche. Y eso es lo que significa ser un maestro y un educador. No solo significa enseƱar lecciones en el salĆ³n, sino lecciones de vida. Significa que entiendes el alma, las sensibilidades y las luchas de un niƱo, y que demuestras que los amas y que los cuidas. Esas lecciones contiuarĆ”n mĆ”s allĆ” del salĆ³n de clases; durarĆ”n toda la vida.
"Rav Naiman pensĆ³ que probablemente continuarĆa viendo la pelĆcula esa noche, pero querĆa que recordara, en todo momento, quiĆ©n era yo en el fondo. Yo era un judĆo que vivĆa identificado por los valores y principios de la TorĆ” y veĆa la vida a travĆ©s del prisma de lo que Hashem querĆa que hiciera. Y Rav Naiman sabĆa que ese mensaje tendrĆa un impacto mucho mayor en mi vida presente y futura si lo expresaba con calidez figurativa y literal, que si me regaƱaba y castigaba. AprendĆ la importante lecciĆ³n de nunca volver a escapar de la yeshiva e ir al teatro, y aĆŗn mĆ”s importante, la lecciĆ³n de no escapar de quien podrĆa llegar a ser como judĆo. Y hasta este mismo dĆa, esa lecciĆ³n de amor calienta mi corazĆ³n".
Rabino Label Lam
Enfoque profundo, resultados profundos
Era Shabat en Israel cuando los autos subĆan, bajaban y rodeaban el barrio de Ramot en JerusalĆ©n. Con grandes multitudes de judĆos religiosos tambiĆ©n llenando las calles, con frecuencia se convirtiĆ³ en una fuente de conflicto y protesta cuando los autos pasaban. "Ā”Shabat!", le gritaban a los autos. "Ā”Shabat!"
Pero para Rav Zaks, nieto de Jofetz Jaim, tales reacciones a las interrupciones del Shabat no eran suficientes. HabĆa una manera mucho mejor y mĆ”s efectiva de impactar e impresionar a otros sobre la importancia y la belleza del Shabat. "Vengan conmigo", le dijo una vez a un grupo de estudiantes en Shabat, "dĆ©jenme mostrarles lo que pueden hacer".
Y asĆ, un Shabat, el Rav Zaks saliĆ³ con un grupo de muchachos y se parĆ³ en una esquina estratĆ©gicamente posicionada donde los autos seguramente pasarĆan. "Con el siguiente coche que pase", dijo, "uno de ustedes recuerdarĆ” los primeros tres dĆgitos de la placa y el otro recuerdarĆ” los Ćŗltimos cuatro dĆgitos de la placa". Y asĆ sucediĆ³.
Cuando Shabat llegĆ³ a su fin, el rabino Zaks, preparado con el nĆŗmero de placa completo, se dirigiĆ³ a la estaciĆ³n de policĆa donde finalmente localizĆ³ la ubicaciĆ³n del automĆ³vil con esos nĆŗmeros. Y con eso, el rabino Zaks se dirigiĆ³ a la casa de un supuesto judĆo no religioso.
DespuĆ©s de tocar a la puerta, un joven no religioso abriĆ³. Al ver al rabino Zaks acompaƱado por algunos otros niƱos vestidos con sus ropas acostumbradas de yeshiva, sin duda, era una visiĆ³n desconocida para el niƱo, quien llamĆ³ rĆ”pidamente a su padre. "ĀæCĆ³mo puedo ayudarlo, rabino?", preguntĆ³ el seƱor.
DespuĆ©s de algunos breves comentarios introductorios, Rav Zaks llegĆ³ al punto. āDespuĆ©s de la guerra, mi familia y muchos otros se mudaron aquĆ y comenzaron a reconstruir sus vidas. Nuestra vida religiosa en Europa habĆa sido rica y energĆ©tica, sin embargo, han surgido nuevos desafĆos en Israel. Tenemos un templo y una comunidad, pero hay algo que ha sido particularmente molesto aquĆ durante algĆŗn tiempo. No quiero decirle quĆ© hacer, pero los autos nos molestan y perturban la tranquilidad, y es una contrariedad a nuestro Shabat. No vamos a lanzarles nada, pero solo querĆa hacerle saber que asĆ es como nos sentimos, y tal vez si decide conducir, puede tomar una ruta alternativa que evite viajar por los principales vecindarios judĆos".
El hombre mirĆ³ a Rav Zaks, con cierto brillo en sus ojos. "No sĆ© exactamente lo que voy a hacer, pero me gusta su enfoque y lo aprecio". Y con eso, la conversaciĆ³n terminĆ³ y Rav Zaks y el seƱor se despidieron.
Unos meses mĆ”s tarde, el mismo hombre buscĆ³ el nĆŗmero de telĆ©fono de Rav Zaks y lo llamĆ³. āRabĆ Zaks, mi hijo pronto cumplirĆ” trece aƱos y nos gustarĆa que hiciera bar mitzva. No sĆ© cĆ³mo abordar el tema y me preguntaba si podrĆa guiarnos". Rav Zaks se sorprendiĆ³ al escuchar al hombre nuevamente y lo ayudĆ³ a Ć©l y a su hijo a comprar tefilin.
Poco despuĆ©s, el hombre llamĆ³ una vez mĆ”s, esta vez con una pregunta diferente. āMi esposa y yo nunca crecimos en un hogar con una cocina kosher y decidimos que nos gustarĆa comprar algunos platos nuevos y convertir nuestra cocina actual en una que sea kosher. ĀæPodrĆa ayudarnos? āMĆ”s rĆ”pido de lo esperado, el chico del bar mitzva se estaba registrando en una yeshiva y la familia comenzĆ³ a cuidar Shabat y lentamente cuidar mĆ”s y mĆ”s mitzvot.
Tal fue el enfoque kiruv de Rav Zaks, nieto de Jofetz Jaim. Uno que humildemente y sutilmente muestra la manera de cambiar y reemplaza la reprensiĆ³n y la reprimenda con palabras inspiradoras y hermosas de empoderamiento y enriquecimiento.
Rabino Dovid Goldwasser
Si tuvieras 500 Shekalim...
No era una situaciĆ³n fĆ”cil. Con una familia en crecimiento y una situaciĆ³n financiera difĆcil, la rutina diaria de un estudiante de la TorĆ” y su familia cobrĆ³ su precio y causĆ³ una buena cantidad de angustia. Sin embargo, al mismo tiempo, tales situaciones desesperantes trajeron a su paso un grado cada vez mayor de confianza y fe en Hashem.
Pero entonces las cosas se volvieron mĆ”s difĆciles y complicadas. En un Shabat, uno de los niƱos requerĆa atenciĆ³n mĆ©dica inmediata y no podĆa esperar mĆ”s. Llevaron al niƱo al hospital, y lo ubicaron en una habitaciĆ³n donde esperaba al mĆ©dico. Pero habĆa algo que debĆa ser atendido antes que nada.
"Debe pagar el hospital antes de que examinemos al niƱo", expresĆ³ el mĆ©dico. "Lo siento, pero vamos a necesitar 500 shekalim por adelantado si desea que lo vea y posiblemente lleve a cabo algĆŗn procedimiento necesario". El padre no estaba en una situaciĆ³n fĆ”cil. No solo se encontraba financieramente afectado, sino lo mĆ”s importante es que era Shabat y escribir un cheque significaba transgredir el Shabat.
Pero, ĀæquĆ© podĆa hacer? Familiarizado con las leyes del Shabat, el padre pasĆ³ a escribir el cheque con la mĆnima violaciĆ³n de la prohibiciĆ³n de escribir. Luego le entregĆ³ el cheque al mĆ©dico. El niƱo recibiĆ³ el tratamiento mĆ©dico inmediato e importante que necesitaba, despuĆ©s de lo cual fue dado de alta del hospital.
Sin embargo, cuando el mĆ©dico regresĆ³ a casa y sacĆ³ el cheque de su bolsillo, se sorprendiĆ³ por lo que vio. El cheque no se emitiĆ³ por 500 shekalim, como se suponĆa, sino po 1.000 shekalim. El mĆ©dico estaba confundido, pero rĆ”pidamente descartĆ³ cualquier preocupaciĆ³n ya que estaba seguro de que el hombre habĆa oĆdo mal y creĆa errĆ³neamente que el pago era de 1.000 shekalim. MaƱana corregirĆa el error.
Al dĆa siguiente, el mĆ©dico llamĆ³ por telĆ©fono al hombre y le informĆ³ que habĆa escrito por error el cheque por 500 shekalim mĆ”s de lo necesario. "No fue un error", explicĆ³ el padre. āVerĆ”, como judĆo religioso, me preguntĆ© cuĆ”l serĆa el mejor mĆ©todo para escribir un cheque en Shabat. Aparte de algunos otros problemas en los que pensĆ© al escribir el cheque, sabĆa que si tuviera que pagar 500 shekalim, tendrĆa que escribir chamesh meiāot. Sin embargo, si tuviera que pagar 1.000 shekalim, podrĆa escribir elef, que serĆa una palabra menos de tinta. Y asĆ, decidĆ que valĆa la pena los 500 shekalim para salvarme de escribir una segunda palabra".
El doctor estaba aturdido. No podĆa creer lo que le acababan de escuchar. "ĀæQuiere decir que pagĆ³ 500 shekalim adicionales solo para evitar escribir unas cuantas letras mĆ”s?" "SĆ", murmurĆ³ el padre en seƱal de afirmaciĆ³n. "No puedo creer que hiciera eso", exclamĆ³ el doctor, "pero ahora entiendo por quĆ© el cheque fue escrito como tal. Sin embargo, no podemos aceptar mĆ”s de lo que inicialmente le pedimos. Nos gustarĆa devolverle el dinero extra". Pero el padre no cambiĆ³ de opiniĆ³n. āLo que paguĆ© es lo que paguĆ©. DecidĆ actuar como lo hice, y conscientemente escribĆ esa cantidad. No quiero nada de vuelta".
El doctor estaba ahora aĆŗn mĆ”s perturbado. Algo le incomodaba. AquĆ se le pidiĆ³ al padre que pagara 500 shekalim, y deliberadamente escribiĆ³ 1,000 en reconocimiento de Shabat y ahora no querĆa nada de vuelta. El mĆ©dico, que claramente no era religioso, curiosamente comenzĆ³ a preguntarse quĆ© era tan especial y significativo acerca de esta ley de la escritura. Y asĆ, comprĆ³ algunos libros judĆos que ayudaron a arrojar luz sobre el tema.
El resto es historia. A partir de ahĆ, el mĆ©dico comenzĆ³ a leer detenidamente otras leyes y temas de Shabat, lo que llevĆ³ a un mayor interĆ©s en las leyes generales del Shabat, que de allĆ lo llevaron a una sed implacable de aprender todo sobre el judaĆsmo. Hoy, debido a esos 500 shekalim, el mĆ©dico es un judĆo observador.
Cuando miramos 500 shekalim o dĆ³lares, ĀæcuĆ”nto valor le damos realmente? ĀæAlguna vez pensamos que podrĆa significar tanto como impactar e inspirar a alguien para que se convierta en observador de la TorĆ”? Si nos dijeran que donar 500 shekalim conducirĆa a estos resultados, es probable que todos aprovecharĆamos la oportunidad.
Lo mismo se aplica a cada acciĆ³n que hacemos. Con algo que es relativamente pequeƱo, podemos lograr algo tan grande. El Ćŗnico inconveniente es que subestimamos nuestro poder y potencial. Pero recuerda esta historia. Algo que el padre nunca imaginĆ³ que vendrĆa de su decisiĆ³n se convirtiĆ³ en una realidad. Y lo mismo es cierto de todas nuestras decisiones y acciones tambiĆ©n. Crean efectos dominantes y dejan impresiones profundas en los demĆ”s en formas que van mucho mĆ”s allĆ” de todas las expectativas.
Un mensaje corto del
Rabino Itzjak Feldheim
Curiosamente, Shabat comparte muchas similitudes con el matrimonio. El pueblo judĆo da la bienvenida y abraza a Shabat Kala, la Reina de Shabat, que refleja el abrazo amoroso de un esposo y una esposa. TambiĆ©n se nos manda honrar el Shabat, asĆ como un esposo debe honrar a su esposa mĆ”s que a sĆ mismo (Yevamot 62b). Por lo tanto, con frecuencia les recuerdo a los adultos jĆ³venes que ingresan a la fase de shidujim de algo que a menudo se pasa por alto o que nunca se considera. Al mirar a un posible shiduj, pregunten cĆ³mo la otra parte se relaciona con el Shabat. ĀæCĆ³mo pasa la persona su tiempo cuando todo estĆ” tranquilo? La forma en que una persona respeta y trata al Shabat Kala a menudo es indicativa de cĆ³mo se relacionarĆ” con su cĆ³nyuge. Si son capaces de quedarse quietos y disfrutar del momento de silencio, simplicidad y espiritualidad, tal comportamiento probablemente se transferirĆ” y formarĆ” la relaciĆ³n amorosa y atenta que el futuro esposo y esposa disfrutarĆ”n.


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